Una de las manifestaciones más genuinas de las hermandades del Santo Rosario fueron los cultos que celebraban durante su fiesta principal, además de los rosarios de diario que normalmente salían a la calle tras el toque de oración. Estas funciones principales de las hermandades rosarianas venían acompañadas de un gran aparato barroco que era representativo del auge que experimentaban estas corporaciones.

En este sentido, no sólo se llevaba a cabo la celebración de funciones dentro del templo correspondiente, si no que también tenía lugar el desarrollo de rosarios o novenas en la propia calle. De esta manera, y como parte de estos cultos, debemos señalar a los rosarios de gala que se caracterizaban por una puesta en escena con los mejores enseres que poseía cada congregación durante la celebración de su festividad principal.

Así por ejemplo, podemos señalar al Rosario de la Virgen de la Concepción, en la Parroquial de San Juan, que celebraba rosarios de gala en las vísperas del día del titular del templo y en el de la fiesta de la Santa Cruz, llegando a alfombrar las calles cercanas con juncia y romero e iluminando con cientos de luces la torre parroquial. Por su parte, el Rosario de Santa Ana celebraba su fiesta anual el día de la Concepción, desarrollándose los rosarios públicos correspondientes durante ocho días, por la noche, encontrándonos así ante un octavario de calle. El Rosario de San Pedro, por su parte, celebraba su rosario de gala en la festividad de este santo, sacando en procesión a la Virgen del Mar y al Señor San Pedro con el Santo Rosario. Lo propio hacía la Cofradía del Rosario de Churriana en la festividad de Ntra. Sra. del Rosario, corporación en la que nos vamos a centrar para plasmar un ejemplo de celebración de la función principal de una congregación rosariana.

Esta Cofradía, dependiente directamente de la Orden dominica, fue fundada el 5 de abril de 1738 en virtud de la patente de erección canónica dada en Roma por Fray Thomas Ripoll, General de la Orden, previa licencia de fray Luis de los Ríos, Prior Provincial de la Orden en España, fechada el 8 de julio de 1726. Sus constituciones fueron aprobadas el 30 de julio de 1748[i].

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Instantánea de una procesión de la Virgen del Rosario de Churriana, en los años 40-50 del siglo XX. Fuente: Asociación Parroquial de Nuestra Señora del Rosario.

La fiesta principal de esta Cofradía, como decimos, tenía lugar el día de la festividad de la Virgen del Rosario.

En Churriana, y por lo menos hasta principios del segundo tercio del siglo XIX, las celebraciones religiosas en honor de la imagen de la Virgen del Rosario por parte de su Cofradía se circunscribían a dos ámbitos: en la propia Iglesia de San Antonio Abad, y en las calles de la población. Y es que, como decimos, el culto que tenía lugar dentro del templo iba acompañado de otra manifestación devocional en la calle, pero siempre alrededor de la imagen de la Virgen del Rosario.

De esta manera, desde la fecha de las constituciones de la Cofradía y por lo menos hasta 1839, tenía lugar en la iglesia la celebración de una solemne función en honor de la Virgen, con misa de comunión general. Se trataba, efectivamente, de la función principal de la Cofradía. En este culto intervenía un predicador que ofrecía un sermón a todos los asistentes, y que presumimos podría provenir del cercano Convento de Santo Domingo de Málaga, dadas las estrechas relaciones que se establecieron entre esta Cofradía y el cenobio del Perchel. No debemos olvidar que el acto material de constitución de la Cofradía fue llevado a cabo por fray Juan de Santo Domingo, lector de filosofía de dicho Convento, y que las reglas de la corporación de Churriana estaban basadas en las de la Archicofradía de la Virgen del Rosario establecida en aquel convento. Adquiría tal importancia el papel que jugaba el predicador de la función de la Virgen que hasta la Cofradía corría con los gastos de llevarlo y traerlo a la Iglesia de San Antonio Abad.

En esta misa, además, intervenían músicos y cantores que daban mayor suntuosidad a la Eucaristía. El altar de la imagen de la Virgen, que ya consta desde 1752 y que fue ampliado en 1814 tras la presencia francesa, era adornado profusamente para la ocasión con cirios y ramos de flores plateados, así como con arrayán.

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Ntra. Sra. del Rosario es obra de 1814 y se encuentra adscrita a la familia de imagineros malagueños Gutiérrez de León. El autor del Niño Jesús es Francisco Naranjo Beltrán, en el año 2011. Fuente: Asociación Parroquial de Ntra. Sra. del Rosario.

Conjuntamente a esta función de iglesia, y como elemento central de la celebración de la festividad, tenía lugar un rosario de gala con la presencia de la imagen de la Virgen del Rosario por las calles de Churriana, que ya se producía por lo menos desde 1753, es decir, prácticamente desde la creación de la Cofradía. El cortejo se iniciaba con una cruz dorada decorada con cristales, datada en 1792. A continuación iban los hermanos con cirios y faroles, tanto de asta como de mano. Estos faroles se conforman como la insignia más representativa de estos cortejos rosarianos. A lo largo de las filas de hermanos del Santo Rosario se daba paso al estandarte o simpecado de la Cofradía, confeccionado en 1752 en color rosado y punta de plata, aunque se termina de componer en 1758. A este estandarte, en 1775, se le sustituye el escudo por otro nuevo[ii].

En el último, y más importante, lugar de esta procesión iba la Virgen del Rosario sobre unas andas. La imagen de la Sagrada Titular de la Cofradía, y entorno a la cual se desarrollaban todos los cultos de la Hermandad, ya existía con anterioridad a 1755. En 1758 se contrata con un imaginero anónimo el retocado del rostro de la imagen. Se trataba de una talla de candelero o de vestir[iii], con el Niño Jesús en sus brazos, y con los tradicionales aditamentos de platería: corona, cetro y media luna. En 1810 se adquiere una nueva imagen. No obstante, debemos pensar que las consecuentes destrucciones patrimoniales provocadas con la ocupación francesa determinaría que en 1814 se contratara la actual talla, que alcanzó un coste de 800 reales de vellón.

El trono de la imagen utilizado para esta procesión ya consta en 1758, siendo arreglado en 1763. Dos años más tarde se contratan con el tallista Rivera, vecino de Málaga, unas nuevas andas para que la Virgen del Rosario saliera en procesión y que fueron doradas por Ana Barrera ese mismo año. Este trono fue restaurado en su pintura y plateado en 1792. La iluminación de estas andas se conformaba por candelabros con velas adornados con moños y cintas de diversos colores.

Al paso de la procesión, en la que intervenían los clásicos coros durante el rezo del Santo Rosario, se lanzaban cohetes y fuegos artificiales para dar mayor vistosidad a toda la celebración.

Por lo tanto, los cultos a la Virgen del Rosario de Churriana han sido desde sus orígenes un claro ejemplo de hermandad rosariana en el ámbito malagueño de la segunda mitad del siglo XVIII, época de gran esplendor de este tipo de corporaciones.

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[i](A)rchivo (H)istórico (D)iocesano de (M)álaga, legajo 404, pieza 2.

[ii]Tratándose éste del simpecado de gala, se han podido documentar dos estandartes más a esta Cofradía, uno de felpa celeste y otro de damasco encarnado.

[iii]Incluso durante la Semana Santa la Virgen se vestía de Soledad.

Fotografía de cabecera de esta entrada: Ntra. Sra. del Rosario, de Churriana. Fuente: Asociación Parroquial de Ntra. Sra. del Rosario.

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