En el ámbito de la Parroquia de Santiago Apóstol se ubicaban otras cuatro corporaciones del Santo Rosario. El canónigo de la Catedral malagueña y Arcediano de Antequera, José Sánchez Espejo, fundó en esta Iglesia la capilla de Ntra. Sra. del Pilar, nombrando como patronos de la misma a sus heredereos. La capilla se construyó entre 1693 y 1704 como consecuencia de la reforma auspiciada por el mayordomo de fábricas menores, y que además de a esta capilla, afectó al dorado del retablo mayor del templo, a la nueva sacristía, a las nuevas puertas de las naves laterales y a la elevación del coro para el desahogo de la nave central[i]. Esta capilla del Pilar, que se ubicaba en el cabecero de la nave del Evangelio, se situó en la antigua sacristía, y se construyó “con su media naranja y lanterna, que adornó con varios Mysterios de la vida de N. Sra. pintados en sus paredes”[ii]. Su obra así como la labor decorativa de la misma la llevó a cabo Felipe de Unzurrúnzaga, que tan grandes obras dejó en nuestra ciudad[iii].

Todo apunta a que los herederos de José Sánchez pronto se olvidaron del patronazgo que ejercían sobre esta capilla, motivo por el cual el ordinario la aplicó a la Hermandad del Pilar. Ya en 1756, José Franquís Lasso de Castilla aprobó las constituciones de la Congregación del Santo Rosario establecida en esta iglesia[iv]. Quizás se trate de otra de las corporaciones que surgieron en Málaga como consecuencia del conocido como terremoto de Lisboa de 1755, dada la proximidad existente entre ambas fechas.
Una de las corporaciones rosarianas de las que se conserva un mayor volumen de documentación histórica es la de la Aurora del Espíritu Santo. En 1691, por tanto un año después del origen del Rosario de la Aurora María, Manuel de Ábalos comenzó a sacar un Rosario desde su casa de la calle Parras. Su primera salida se verificó el día de la Santísima Trinidad de ese año y dado que salían al amanecer, se le comenzó a conocer por el Rosario de la Aurora[v].
Sus constituciones fueron aprobadas el 30 de abril de 1729 por Juan Romero Utrera, Provisor de Diego González de Toro, Obispo de la Diócesis[vi].

De la vivienda de Manuel de Ábalos esta corporación pasó a la Iglesia de la Merced, encontrándose ya en la capilla de San José en el año 1702. Pero los hermanos de esta congregación solicitaron a la Ciudad un solar para poder construir capilla propia, concediéndose la correspondiente licencia municipal el 18 de mayo de 1722 y adjudicándoseles un solar junto a las murallas en la Puerta de Buenaventura[vii] de veintiséis varas de largo. Juan Romero Utrera bendijo esta ermita, colocándose en ella a la imagen titular de la Hermandad el 28 de mayo de 1727. No obstante, hasta 1739 no se vería concluida la obra, que se sufragó exclusivamente a expensas de esta Hermandad del Santo Rosario. Con este motivo se celebró un solemne octavario a partir del 17 de mayo de ese año, Domingo de Pentecostés[viii]. En 1749 Juan de Eulate y Santa Cruz dotó a este templo de capellán propio[ix].
La imagen titular de esta corporación la dio, según relata Medina Conde, el hermano Tomás de Arjona. Para su ubicación en el nuevo templo de la calle Álamos, y según relataban las constituciones de la Hermandad, la Virgen de la Aurora salió del domicilio particular de este hermano dirigiéndose a la Iglesia de las Religiosas de la Paz en donde estuvo toda la noche del 27 de mayo de 1727 y yendo después a su Iglesia. Sin embargo, también existía la tradición de que esta imagen la trajo desde Roma o Nápoles Pedro Chinchilla Páramo. En cualquier caso, podría pensarse que la fecha de ejecución de esta imagen sería cercana a este año.

Por un grabado del siglo XVIII conocemos cómo era su iconografía. Sedente sobre una media luna, sostenía con su mano izquierda al Niño Jesús, mientras que con la derecha sujetaba una flor. En su regazo se disponía un rosario, signo inequívoco del carácter corporativo de la Hermandad. La Virgen estaba tocada con corona imperial. El Divino Infante, con una vestimenta netamente dieciochesca, mantenía en alto un banderín con el emblema del Avemaría. Sobre ambas imágenes aparece en este grabado una paloma como símbolo del Espíritu Santo, así como una filacteria con una frase del Evangelio de San Lucas sobre la Anunciación (Lc 1, 26-28): “Spiritus Sanctus superveniet in te et virtus Altiss. ob umbro at ibi” –“El espíritu Santo vendrá sobre Ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”-.
Esta representación de la Virgen de la Aurora del Espíritu Santo recuerda, ineludiblemente, a otras de la misma advocación en la geografía andaluza, como es el caso de la de Priego de Córdoba, Lucena, Montilla o de la titular de la desaparecida congregación rosariana de la Aurora de Vélez-Málaga[x].
En el Hospital de Santa Ana radicó el Rosario de Ntra. Sra. de la Concepción, dando licencia el Provisor del Obispado de Málaga, el 26 de junio de 1775, para que comenzase a salir[xi]. La fundación de esta Hermandad fue alentada por el presbítero Antonio José de Rando, siendo sus constituciones aprobadas por el Real Consejo de Castilla a partir del expediente tramitado entre 1789 y 1791. En ellas no sólo se le daba importancia al aspecto organizativo y procesional de la corporación, sino que cobraba un especial carácter el enterramiento de los hermanos.

El Conde de Aguilar de Inestrillas, que residía en una cercana casa en la plaza de la Merced lindera con el taller de Fernando Ortiz, cedió una capilla a esta corporación en la Iglesia del Hospital, así como camarín para la imagen de la Virgen y sacristía, motivo por el que fue nombrado patrono de esta Hermandad.
Este Rosario construyó retablo propio y bóveda de enterramiento para sus hermanos, que ya existían en 1787. Igualmente, aumentó los ornamentos de la sacristía, con albas, casullas, un cáliz, patenas, vinajeras, campanilla y platillo, todo en plata de ley[xii].
Sin perjuicio de contar con los respectivos simpecados o estandartes, la Hermandad daba culto a una imagen vestidera de la Virgen, bajo la advocación de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora, y que estaba ubicada en el camarín construido en su capilla.
Heredera de la Hermandad rosariana de la capilla del Molinillo, se fundó en el barrio de la Victoria el Rosario del Cristo de la Expiración. Las desavenencias surgidas en Capuchinos por el mal estado de conservación de la ermita y por el traslado del crucificado a un domicilio particular propiciaron que un grupo de hermanos, a finales del siglo XVIII, fundase allí la Hermandad del Cristo del Socorro, mientras que otros, provenientes de la hermandad del Cristo de la Expiración, hicieron lo propio con el Rosario del Cristo de la Expiración en el barrio victoriano. Su primera salida, según las crónicas de la Ciudad, tuvo lugar el 1 de enero de 1800, fecha en la que se produjo un altercado callejero en el Altozano con el Rosario del Cristo del Socorro.

El 29 de septiembre de 1797 los mayordomos Marcos López, Cristóbal Ramírez y José Miranda dieron poder al procurador Evaristo Linares de Montefrío, pretendiendo construir una nueva capilla. El 5 de febrero del año siguiente, dos de estos mayordomos, concretamente José Miranda y Marcos López solicitaron a la ciudad un terreno en el barrio de la Victoria para tal fin, concediéndose licencia el 31 de marzo de ese mismo año[xiii]. La capilla, ubicada en la esquina de calle Agua con la calle Victoria, se inauguró en 1800 con la denominación de “la Cruz de la Victoria” o del “Santísimo Cristo de la Expiración”.
Probablemente desaparecida la corporación con la llegada de los franceses a Málaga en febrero de 1810, los vecinos del barrio continuaron con el culto al crucificado existente, redactándose nuevos estatutos en los años 1849 y 1850[xiv].
En el ámbito parroquial del Sagrario se conoce la existencia de una corporación rosariana establecida en esta Iglesia. Se trata de la Hermandad de la Santa Cruz y Rosario, de la que al día de hoy se tienen escasos datos. Medina Conde, por su parte, la titula como Hermandad de Ntra. Sra. del Rosario[xv]. A finales del siglo XVIII esta congregación aún existía, nutriéndose esencialmente de las limosnas recogidas por sus hermanos en sus rosarios callejeros.
Dependiente de la Parroquia del Sagrario era la capilla de Ntra. Sra. del Rosario de la barriada malagueña de El Palo. Allí recibía culto una imagen de la Virgen con esta advocación y que tras la erección de la Parroquia de Ntra. Sra. de las Angustias recibe culto en este último templo. La capilla del Rosario, ubicada en el solar del actual Colegio de San Estanislado de Kostska, fue ascendida a ayuda del Sagrario en 1832 por el Obispo Bonel y Orbe. El 8 de diciembre de 1833 ya se habían instalado allí la capilla bautismal y el sagrario[xvi]. No obstante, las obras de adecentamiento de esta capilla se inauguraron el 22 de enero de 1854, predicando el afamado capuchino de la época Fray Félix María de Cádiz.

Son diversos los cultos que se han podido documentar durante la segunda mitad del siglo XIX a la Virgen del Rosario, Patrona de esta barriada, y que ya fueron objeto de exposición en una anterior entrada de este blog. La imagen, del siglo XVIII, se caracteriza por tener una marcada frontalidad y llevar al Niño Jesús en su mano izquierda.
Otra barriada malagueña, Churriana, ha sido también protagonista del culto a la Virgen con esta advocación. En el segundo tercio del siglo XIX ya contaba esta imagen letífica con una corporación con constituciones aprobadas por la autoridad eclesiástica. Siendo bendecida el 8 de julio de 1814, la autoría de la Virgen del Rosario habría que adscribirla a Salvador Gutiérrez de León o a su hijo Rafael, en opinión de los expertos Rafael Aguilera y José María Muñoz-Poy. Con posterioridad a los disturbios de los años 30 del siglo pasado, la imagen sufrió una restauración por Mario Palma Burgos en 1943, derivando su impronta actual de la intervención llevada a cabo por Francisco Naranjo Beltrán en 2009, que recuperó su policromía original. Igualmente, de este último autor es el actual Niño Jesús que recuerda al desaparecido en 1931.

El Grupo Parroquial de Ntra. Sra. del Rosario, establecido en la Parroquia de San Antonio Abad, se encarga de rendir culto a esta imagen, recuperándose así felizmente para la devoción rosariana malagueña.
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[i] CAMACHO MARTÍNEZ, Rosario. Málaga barroca. Universidad de Málaga. 1980. Págs. 185 y ss.
[ii] MEDINA CONDE, Cristóbal. Conversaciones históricas malagueñas. Parte IV. 1792. Pág. 224.
[iii] LLORDÉN SIMÓN, P. Andrés. Arquitectos y canteros malagueños. Ensayo histórico documental (siglos XV-XIX). Ediciones Real Monasterio de El Escorial. Ávila. 1962. Pág. 128.
[iv] MEDINA CONDE, Cristóbal. Op.cit. Pág. 224.
[v] MEDINA CONDE, Cristóbal. Op. cit. Pág. 254.
[vi] Del año 1863 se conservan unas reglas de esta Hermandad, existiendo una adición a las mismas que fueron aprobadas en el Cabildo General de hermanos de 27 de noviembre de 1881. (A)rchivo (D)íaz de (E)scovar. 298 (1.2).
[vii] ADE. 298 (1.1).
[viii] MEDINA CONDE, Cristóbal. Op. cit. Pág. 255.
[ix] ADE. 298 (1.1).
[x] JURADO VELA, Juan Cristóbal. “La Cofradía de la Aurora de la Iglesia de San Juan de Vélez-Málaga”, en El Guión edición de otoño 2013. Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Vélez-Málaga. 2013. Págs. 70-ss.
[xi] (A)rchivo (M)unicipal de (M)álaga. AACC. 1791, fol. 796v.
[xii] AMM. AACC. 1787, fols. 889-890.
[xiii] JIMÉNEZ GUERERO, José. Capillas y cofradías desaparecidas en la ciudad de Málaga. Editorial Arguval. Málaga. 2008. Págs. 170-ss.
[xiv] JIMÉNEZ GUERERO, José. Op. cit. Pág. 180.
[xv] MEDINA CONDE, Cristóbal. Conversaciones históricas malagueñas. Parte III. 1792. Pág. 226.
[xvi] GUEDE Y FERNÁNDEZ, Lisardo. Ermitas de Málaga. Edit. Bobastro. Málaga. 1987. Pág. 126.
Fotografía de cabecera de esta entrada: grabado de Ntra. Sra. de la Aurora, del Espíritu Santo. Siglo XVIII. Fuente: Legado Temboury.