La Virgen del Rosario, de la malagueña barriada de El Palo, es una imagen de un gran calado devocional en aquel sector de la ciudad. No en vano, es la Patrona de este populoso barrio y objeto de culto por parte de su Hermandad y devotos, culto que año tras año va aumentando y cobrando especial esplendor.

Se tiene constancia de que durante el siglo XIX la imagen de la Virgen fue trasladada desde su capilla propia, que se ubicaba en el solar que hoy ocupa el Colegio jesuita de San Estanislao de Kostka, hasta la Parroquia de El Palo, pasando a presidirla desde un retablo traído desde un convento de la ciudad y en el que también se colocó una imagen de plata de la Virgen de las Angustias[1].

Las referencias que hemos podido localizar, hasta el día de hoy, sobre el culto recibido por esta imagen de la Virgen del Rosario a lo largo del siglo XIX se concretan en dos temáticas:

  • Aquellas ocasiones en las que la población acudía a su intercesión ante las calamidades públicas en los casos de epidemias y contagios;
  • Las noticias relacionadas con los propios cultos de la Virgen, en el mes de octubre, y las fiestas que se celebraban en El Palo por este motivo.

En relación al primer grupo de materias, El Avisador Malagueño de 1 de julio de 1855 señala que “el día del Sr. S. Juan hubo una magnífica función de Iglesia en la población del Palo; concluida se cantó el Te-Deum en acción de gracias al Todopoderoso por haber librado à aquellos habitantes del terrible azote del cólera morbo. En la misma tarde salió en pública procesión Ntra. Sra. del Rosario, y hoy domingo se verificará otra función por voto particular del Sr. Teniente cura y su familia, habiendo misa cantada y sermón[2]. La epidemia sufrida desde el mes de abril de ese año en la ciudad, calificada por los médicos como cólera morbo asiático, fue muy virulenta, y originó una gran cantidad de contagios y fallecimientos entre los ciudadanos[3]. Este ambiente propició que se celebraran numerosos cultos a las imágenes más devocionales de Málaga. A título de ejemplo podemos señalar las novenas ofrecidas, para que la enfermedad no se extendiera por la ciudad, a la Virgen de la Victoria, a la del Rosario en Santo Domingo y al Cristo de la Sangre en la Merced. Igualmente, se tributaron cultos a la Divina Pastora, a San Francisco de Paula, a San Félix de Cantalicio, al Cristo de la Misericordia del Convento de la Encarnación, y al Cristo de la Salud. Y se organizó una procesión desde la Iglesia del exconvento de San Andrés con el Cristo de la Misericordia y la Virgen del Carmen.

En 1871 se produjo un nuevo brote epidémico en la ciudad que, sin embargo, logró controlarse a tiempo gracias a las medidas adoptadas por las autoridades sanitarias. El 21 de mayo de ese año se celebró una función de acción de gracias a Ntra. Sra del Rosario en la parroquia de El Palo “por haber desaparecido de aquella barriada la enfermedad epidémica que empezó à desarrollarse[4].

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Ntra. Sra. del Rosario. En la instantánea se observa el mismo terno procesional utilizado por esta imagen en la actualidad, una vez los bordados se pasaron a nuevos soportes. Fotografía propiedad de la Hermandad de Ntra. Sra. del Rosario de El Palo.

Por su parte, en 1885, cuando la ciudad aún se reponía de las consecuencias del terremoto que tuvo lugar la noche del día de Navidad de 1884, volvió a detectarse una afección de cólera morbo en el barrio de la Trinidad. Gracias a las medidas que adoptó la Junta de Sanidad se logró controlar su expansión entre los malagueños, a diferencia de lo que ocurrió en otras localidades de la provincia, como Vélez-Málaga, Álora, Archidona o Cuevas de San Marcos. Partiendo de la base de que los casos más sospechosos de esta enfermedad se desarrollaron entre los meses de julio y septiembre de ese año, el 7 de octubre se informaba en prensa que “teniendo en cuenta las circunstancias actuales ha dispuesto la Junta de Sanidad del Palo que se aplace la función que anualmente dedican a la Virgen del Rosario los habitantes de aquella barriada. Es probable que la referida solemnidad se verifique à fines de este mes en cuya época se habrá cantado el Te-Deum[5]. El contagio no llegó a declararse oficialmente en Málaga en esta ocasión. Ahora bien, especial importancia debían tener estos cultos a la Virgen del Rosario para llevarlos a cabo a finales del mes de octubre, cuando lo permitió la autoridad sanitaria, máxime cuando S.S. León XIII en 1883, apenas dos años antes, había concedido especiales indulgencias al rezo del Santo Rosario a través de la Encíclia Supremi aspostolatus officio.

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Ntra. Sra. del Rosario de El Palo dispuesta en sus andas procesionales a principios del siglo XX. En la parte izquierda del fondo se observa el retablo instalado en la Parroquia en el siglo XIX. Fotografía propiedad de la Hermandad de Ntra. Sra. del Rosario de El Palo.

Por otro lado, y como señalábamos anteriormente, otro tipo de referencias localizadas sobre la Virgen del Rosario tratan sobre sus cultos anuales. Gran importancia cobraban en el barrio de El Palo las fiestas populares organizadas en su honor. Paradigma de esto fueron las del año 1860. Así, la prensa señala que el domingo 7 de octubre de ese año “fueron varias familias al Palo en la creencia de que había fiestas en celebridad de ser dia (sic) de la patrona de aquella barriada Ntra. Sra. del Rosario; pero se llevaron chasco, pues parece se han trasladado aquellas al Domingo próximo. Sin embargo, hubo función de Iglesia, y un nuevo sacerdote cantó misa[6]. Días más tarde, y en concordancia con lo que anunciaba el periódico, se verificaba la procesión de la Virgen del Rosario, que tuvo lugar el 13 de octubre. El diario de esa fecha señalaba que “esta tarde habrá procesión en la barriada del Palo, y por la noche fuegos artificiales. El trayecto es corto, y el tiempo no malo, y bien pueden los aficionados à distraerse y divertirse dar ese paseo, aunque sea à un paso tras de otro, y volver à dormir à casa: después de ese egercicio (sic) la cama parecerá aun mejor[7]. Peculiar forma de animar, cuando menos, a la asistencia a esta procesión y a las fiestas del barrio.

Por considerar que es bastante expresiva, reproducimos íntegramente la crónica de las fiestas del barrio de El Palo de ese año, según narraba El Avisador Malagueño del 16 de octubre: “La barriada del Palo, ofreció en la tarde del Sábado y el Domingo un aspecto animadísimo y variado con las muchas familias que fueron de esta ciudad con motivo de las fiestas que se celebraban à la Virgen del Rosario. Durante todo el día las calesas, tartanas, un coche-diligencia y otra clase de vehículos hicieron repetidos viages (sic) llevando y trayendo gentes, festiva y alegre, con más lustre à la vuelta que à la ida, y habiendo satisfecho un deseo más, y pasado un dia alegre que no es poco cuando por desgracia hay tantos días tristes en la vida. – La Virgen del Rosario fue llevada en procesión desde su capilla à la iglesia parroquial en la tarde del Sábado, en cuya noche hubo fuegos artificiales. No bien amaneció el Domingo una sección de la banda de música del ayuntamiento que había ido empezó à tocar en una y en otra casa, y no faltó música y ruido hasta la hora de la función de iglesia, que terminaría cerca de las dos de la tarde; organizándose à esta hora la procesión para volver à la Divina Señora à su capilla. En la procesión iban hombres y mugeres (sic) con velas; la música; un piquete de guardia municipal enviada para conservar el órden, y alguna fuerza del destacamento de carabineros de aquel punto. La procesión recorrió todo el pueblo. La efigie es muy bonita, y lucía un rico y nuevo trage (sic), regalado por la señorita doña María Josefa Martínez Bordenave. – Hubo también su barrunto de feria, en la que había unos dulces que nos parecieron los más à propósito para cólicos y de seguro que habrán producido algunos, castañas, garbanzos, avellanas y los consabidos buñuelos. A las oraciones del Domingo la barriada del Palo volvía à su estado normal y población ordinaria. Debemos decir en honor al buen juicio de aquellos vecinos y de los demás concurrentes à las fiestas, que no ha habido que lamentar ningún desorden (sic) ni esceso (sic)”[8].

Estamos, por tanto, ante las fiestas tradicionales de esta barriada malagueña de pescadores que se celebraban en el siglo XIX, en consonancia con las que tenían lugar en otros puntos de la ciudad, como la Victoria o Capuchinos, y que giraban alrededor de la festividad de la patrona, la Virgen del Rosario, y en las que se congregaban no solamente actos religiosos sino también otros de tipo lúdico y festivo a los que asistían vecinos de toda la ciudad.

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La Virgen del Rosario dispuesta en su actual trono procesional. Fotografía propiedad del autor.

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[1] http://www.rosarioelpalo.org

[2] (A)rchivo (D)íaz de (E)scovar. El Avisador Malagueño. 7 de julio de 1855.

[3] DÍAZ DE ESCOVAR, Narciso. Las epidemias de Málaga. Apuntes históricos. Tipografía de “El Último”. Málaga. 1903. Págs. 78-ss.

[4] ADE. El Avisador Malagueño. 21 de mayo de 1871.

[5] ADE. El Avisador Malagueño. 7 de octubre de 1885.

[6] ADE. El Avisador Malagueño. 9 de octubre de 1860.

[7] ADE. El Avisador Malagueño. 13 de octubre de 1860.

[8] ADE. El Avisador Malagueño. 16 de octubre de 1860.

Fotografía de cabecera de esta entrada: Ntra. Sra. del Rosario. Fotografía propiedad de la Hermandad de Ntra. Sra. del Rosario de El Palo.

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